Al entrar en el período denominado geriátrico, perros y gatos sufren pérdida de fuerza y agilidad, cambios en el metabolismo, pérdida de visión y audición, disminución de su masa ósea, pérdida de dientes y problemas con la piel. Por eso, es necesario que tengan anualmente un chequeo preventivo que les permita una mejor vejez.
Lo importante es conocer cuándo comienza la vejez en perros y gatos y estar alerta para prevenir enfermedades. Los felinos empiezan su edad madura a los 7 años y la vejez de los perros está asociada a su peso. Las mascotas de más de 15 kilos son mayores a los 8 años y las más livianas alrededor de los 10 años.
“A medida que las mascotas envejecen presentan problemas en diversos sistemas y órganos, y pueden comenzar a perder la visión, audición e incluso el olfato, lo que cambia la forma en que se relacionan con su entorno, además, que pueden presentar problemas articulares, dificultando la movilidad y causándoles en ocasiones dolor, lo que afecta su humor y sus habituales ganas de jugar o relacionarse con las personas.
Disminuir la actividad
Lo importante es que los tutores de una mascota de 8 o 9 años entiendan que es un animal mayor y no puede ser sobre exigido, es recomendable que descanse y esté tranquilo y no haga largas caminatas, plantean los especialistas.
Los perros, con el paso de los años, sufren de dolores en los dedos, rodillas y caderas, y sus articulaciones ya no son las de un cachorro. “Al igual que en un abuelito, en una mascota ocurre un desgaste natural de las articulaciones. A medida que pasa el tiempo se generara un fenómeno de inflamación o artritis, y si esta es constante y severa lleva a la artrosis, que es la degeneración de la articulación.
Por otro lado, la inestabilidad y la caída de la cadera en perros tiene relación con la pérdida de musculatura a medida que pasan los años. Esta inestabilidad puede ser riesgosa, ya que se producen cortes de ligamentos cruzados, sobre todo los de la rodilla.
Detección precoz del cáncer
El cáncer es una enfermedad que afecta habitualmente a mascotas de más de 7 años. Hay algunos tipos de tumores que se pueden dar en animales más jóvenes, pero la edad es el principal factor de riesgo. En perros existe mayor frecuencia de tumores de piel, linfoma que afecta a los nódulos linfáticos, y los tumores mamarios. Los gatos, en tanto, padecen habitualmente de linfoma, leucemia, cáncer de mamá, y carcinoma de células escamosas.
Es una enfermedad difícil de prevenir porque depende de cada tipo de cáncer. En el caso de tumores mamarios en perros, si se hace esterilización a edades tempranas -antes del primer año de vida- el riesgo que desarrollen cáncer mamario disminuye casi a cero, pero esta puede incrementar el riesgo de otros cáncer, es necesario hacer controles dos veces al año para hacer un examen exhaustivo y detectar algún tipo de tumor. Es la única posibilidad de hacer detección precoz y dar el tratamiento eficaz para esta enfermedad”.
Los tratamientos contra el cáncer para mascotas son muy parecidos a los que se usan en las personas, y se basan en dos estrategias: la cirugía que permite el control local de tumores y la quimioterapia para tipos de cáncer que tienen una alta posibilidad de diseminarse o para otros que ya están diseminados.
Enfermedad de Alzheimer en perros
Con la edad y la pérdida de la visión y audición, muchos animales tienen problemas para comunicarse y pueden terminar aislándose. “Esto lleva a que el cerebro tenga progresivamente menos información para procesar, lo que dificulta la capacidad de aprender, resolver problemas o adaptarse al entorno. Además, como las neuronas del cerebro no pueden reproducirse como otras células del organismo y se pierden durante la vida, el cerebro se deteriora en su capacidad de almacenar información, comprender el entorno y generar la conducta”.
Al igual que en los humanos, la Enfermedad de Alzheimer también aparece con la edad. Es una forma de demencia en la cual existe una acumulación patológica y progresiva de una molécula llamada beta-amiloide en el cerebro, que afecta la capacidad cognitiva, la memoria, y las habilidades sociales, al punto de impactar significativamente el diario vivir de las mascotas.
“En perros de edad avanzada también podemos encontrar el Síndrome de Disfunción Cognitiva Canina, que parece tener base en la acumulación de beta-amiloide, y afecta de manera muy similar el comportamiento de los caninos y su forma de relacionarse con las personas. Estos tienen conductas anormales y repetitivas o se muestran indiferentes o irritados al contactarse con sus dueños.
Lamentablemente, tanto el Alzheimer como el Síndrome de Disfunción Cognitiva Canina no tienen cura y son enfermedades progresivas, pero recientemente se ha determinado que, en humanos, el principal factor de riesgo modificable que contribuye al desarrollo del Alzheimer es la sordera.
“La gente que presenta sordera tiene más probabilidades de padecer Alzheimer si no la corrige con el uso de audífonos. Esto aún no se ha explorado en profundidad en medicina veterinaria, y no existen aún soluciones como usar audífonos en las mascotas, pero el enriquecimiento de la experiencia sensorial y darles más compañía y cariño, podría ayudar a que no se aíslen socialmente y, tal vez, retrasar la ocurrencia de esta patología” finalizó el especialista en neurociencia.